LA BUENA NOTICIA

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Hasta este momento, solo hemos hablado de dos temas importantes sobre el evangelio verdadero: ¿Cómo es Dios? y La verdad sobre el hombre. Hemos visto lo que la Biblia dice al respecto, y de seguro habrás notado que una mirada profunda a la naturaleza justa de Dios y a la naturaleza pecaminosa del hombre es una muy mala noticia para todos. Pero en esta ocasión, conoceremos el porqué decimos que el evangelio es la mejor noticia que jamás ha existido y existirá en todo el universo.

La Buena Noticia que trae gran gozo a nuestros corazones es que ¡Cristo ha venido, el Salvador del mundo! Su nombre es Jesús que significa YHVH salva. Él y sólo Él es la salvación de Dios al pecador.

De seguro te preguntarás: “¿Cómo es eso de que Jesús nos salva?”, “¿Cómo podemos estar seguros de que Él es nuestra salvación?” Estas son preguntas que toda la Biblia responde, pero solo abordaremos tres razones por las cuáles podemos entender esta preciosa verdad.

1° Jesús es el Hijo Dios y él vivió la vida perfecta que nosotros jamás hemos podido (ni podremos) vivir.

Jesús no solo es un líder extraordinario, un sabio maestro o un profeta más, él es el Hijo de Dios encarnado. Este título de Hijo no debe confundirnos, puesto que no lo hace para nada inferior a Dios. Durante su estadía en la tierra, él fue verdaderamente hombre y verdaderamente Dios. Aunque las Escrituras señalen que todos los seres humanos estamos bajo pecado (Ro. 3: 10), respecto a Jesús, por ser igual a Dios[1], ellas también nos señalan en repetidas ocasiones que él no pecó, que nunca hizo nada malo y que en sus labios nunca hubo engaño (He. 4:15; 1 P. 2:22)

Jesús, el hijo de Dios, cumplió la ley de Moisés a la perfección, algo imposible para el hombre. De esto esto dice la carta a los gálatas:

Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos. (Gálatas 4:4-5 NTV)

Esto explica porqué Jesús vino en forma de bebé y no bajó del cielo ya siendo un humano adulto en alguna nube, o fue traído por sus ángeles para morir en una cruz en sacrificio por el pecador. ¡Esto es muy importante! Él lo hizo así para cumplir la ley de Dios de forma perfecta en representación de todos los seres humanos y así revertir la maldición que cayó sobre la humanidad desde el jardín del Edén, por esto el apóstol Pablo dice en su carta a los Romanos:

Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo. Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos. (Romanos 5:17-19 NTV)

Así como por la desobediencia de un solo hombre (Adán, en la caída en el Edén) a todos los seres humanos se les declaró pecadores y fueron destituidos de la gloria de Dios, ahora por la perfecta obediencia y justicia de Cristo, quienes crean en él se les declarará justos y rectos delante de Dios. ¡Gloria a Dios!

Nuestro segundo punto nos ayudará a entender mejor cuándo ocurrió esto.

2° Cristo llevó sobre sí la irá de Dios que nosotros merecíamos de manera justa por nuestra condición.

La cruz de Jesús es la manifestación suprema de la ira y el amor de Dios, porque en ese lugar y en ese momento, el clímax de la justicia y el amor de Dios se manifiestan para rescatar a la humanidad perdida por su condición.

En uno de sus versos, el salmo 85 parece describir lo que sucedió con la muerte de Jesús en el calvario cuando dice:

El amor inagotable y la verdad se encontraron; ¡la justicia y la paz se besaron! (Salmos 85:10 NTV)

En la cruz, siendo inocente, Jesús llevó sobre sí el castigo del pecador: “(…) él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados (Isaías 53:5 NTV). Esto pasó porque “todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros (Isaías 53:6 NTV). La muerte de Cristo no fue un plan satánico para acabar con el Hijo de Dios (¡como si eso fuera posible!), sino queformaba parte del buen plan del Señor aplastarlo y causarle dolor. (…) Su vida debía ser entregada en ofrenda por el pecado” (Isaías 53:10 NTV), porque a causa de lo que sufrió, Dios ha dicho: “(…) mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos”. (Isaías 53:11 NTV)

¡En la cruz, la ira de Dios cayó sobre el Hijo de Dios, para revelar su gran amor hacia su creación! (1 Jn. 4:9). Dios puso sobre Jesús el pecado de la humanidad para aplastarlo con la ira que nosotros merecíamos, a fin de que, por su sacrificio y ofrenda perfecta por el pecado, las personas que creyeran en él fueran absueltos de su condenación una vez y para siempre, la deuda quedaría para siempre cancelada. Por esto Jesús exclamó al morir crucificado: “consumado es” (Jn 19:30).

El apóstol Juan, consciente de tan hermosa realidad, nos regala la definición del amor verdadero en sus cartas cuando dice:

En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados (1 Juan 4:10 NTV).

¡Aleluya! El sacrificio de Jesús satisfizo la ira justa de Dios contra el pecador, para que hoy nosotros podamos disfrutar de una relación ininterrumpida de amor eterno con nuestro Creador. La brecha que había entre Dios y nosotros por nuestros pecados fue cubierta una vez y para siempre por la obra de Cristo a nuestro favor.

Esto suena demasiado maravilloso como para ser cierto, y tal vez puedas pensar: “¡Claro! Esto es la solución a la ecuación del problema del pecado del ser humano y la santidad de Dios, pero, ¿cómo puedo estar seguro de que dichas palabras de Isaías se cumplieron en Jesús?, ¿cómo sé que es Él ese siervo prometido y no otra persona más?, ¿cómo puedo estar seguro que Dios recibió con agrado ese sacrificio tan cruel de Jesús en el Calvario?

Estás preguntas son completamente válidas y nos lleva a la tercera razón que tenemos para desbordarnos de alegría con esta Buena Noticia.

3° La resurrección de Cristo es la señal indudable de la aprobación de Dios.

Jesús es el Mesías prometido por Dios desde el jardín del Edén, la simiente de la mujer prometida que destruiría el poder de la serpiente antigua sobre la humanidad[2]. La señal inequívoca de que esto es así, es que el Siervo del Señor que traería redención, en nuestro pasaje de Isaías 53, dice que no solo moriría por los pecadores, sino que Él tendría “(…) muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del Señor prosperará. Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho (…)” (Isaías 53:10-11 NTV). No hay manera de que esto ocurra, a menos de que luego de muerto el Siervo, ¡Él resucitara! Y estas son las buenas nuevas con las que terminan los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, la preciosa verdad en la que se fundamentan todas las cartas de los apóstoles y discípulos de Cristo, y la razón por la que comienza y termina la última revelación (Apocalipsis) entregada por Dios a la iglesia: ¡Jesús Ha Resucitado!, ¡esta es la señal de Dios!

A lo largo de la historia, muchos hombres han declarado ser el Cristo o el Mensajero de Dios, pero todos ellos han muerto y solo Cristo se ha levantado de la tumba para vivir para siempre. Pablo dice que esta es la prueba final de que Él es verdaderamente quien afirma ser (Hechos 17:31) ¡Nuestra deuda fue pagada, nuestro pecado fue cubierto! Ahora podemos estar seguros de que fue así porque:

Él fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y resucitado para hacernos justos a los ojos de Dios.(Romanos 4:25 NTV)

Este es el evangelio verdadero, esta es la Buena Noticia que al creerla nos salvan ante la ira venidera, esta es la verdad más maravillosa de toda la historia, ¡Cristo es el evangelio!

En nuestro próximo blog conoceremos cuál es la evidencia real de que hemos creído en este evangelio, ya que de nada sirve si tenemos esta información, pero no la hemos creído realmente, por esto Juan 3:16 dice que Cristo fue enviado al mundo por Dios “para que todo aquél que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.


[1] Revisar Fil 2:6-7; Jn. 1: 1-3; Jn 5:18.

[2] Lee Gn. 3:15 y compara con He. 2:14; Ap. 12: 9

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