Me pareció cómico colocar un título así a este blog, pero la realidad es esa ¿Sabías que podrías estar haciendo un devocional de una forma no cristiana? Solo piensalo, los Judíos, Islamitas, y otras religiones del mundo hacen largas oraciones en varios momentos del día y están expuestos a leer varios de los mismos libros (sino todos) que nosotros tenemos en nuestras Biblias, y en sus vidas no se produce el fruto para lo cuál la Biblia fue entregada.
Una de las partes de la Biblia que más ha impactado mí vida se encuentra en el evangelio de Lucas, cuándo un intérprete de la ley se acerca a Jesús con una de las preguntas más existenciales de la historia de la humanidad. Lucas nos lo relata de esta manera:
Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Lucas 10:25–26 (RVR60)
¿Qué está escrito en la ley? Jesús declara que la respuesta está en las Escrituras, pero la segunda pregunta es más importante ¿Cómo lees? ¡Mira! Jesús no está preguntando si él lee las Escrituras, sino, cómo la lee. Es ahí dónde aquél intérprete estaba fallando, él no estaba interpretando bien las Escrituras y ese puede ser nuestro problema hoy, tal vez, por esto aún no hemos entendido las respuestas que la Biblia tiene a nuestras preguntas más existenciales, y hacemos de nuestro tiempo devocional con las Escrituras una lectura religiosa y no algo que hace que ardan nuestros corazones cuando la abrimos delante de nuestros ojos (Lc. 24:32).
Mi intención con este blog no es darte la guia definitiva para poder saber hacer un devocional, creo que no la hay en realidad, lo que quisiera compartirte son algunos principios a considerar para que ese tiempo de acercamiento a la Presencia de Dios y Su Palabra alcance su propósito:
- Nuestra santificación (Jn. 17: 17)
- Vida eterna (Jn. 5: 39 – 40)
- Buenas obras (2° Ti. 3: 16 – 17 )
- Y un amor verdadero por Cristo. (Jn. 15: 21)
1°| Ora
Es un buen comienzo orar a Dios como la Escritura nos enseña:
- Orar con gratitud en todo tiempo (1° Ts. 5: 18)
- Orar con fe de que Él está allí. (Heb. 11: 6)
- Orar con la convicción de que Él responderá como es mejor (1° Jn. 5: 14 – 15)
- Orar con sinceridad de corazón, derramando todo lo que pueda haber en nuestro interior ante Él (Sal. 62: 8)
- Orar con la confianza paternal que nos brinda y con reverencia a Su santidad (Mt. 6:9…)
Hay muchos otros puntos de las Escrituras que nos orientan a cómo orar, pero creo que la oración modelo de Jesús condensa muy bien la forma en cómo debemos acercarnos a Dios en oración (Mt. 6: 9 – 13/ Lc. 11: 1 – 4) Este tiempo es muy precioso, es el momento en que hablamos con Dios, te recomiendo buscar un lugar apartado y una hora apropiada para poder pasar este tiempo de la forma más atenta con Dios, pero el devocional no se trata de solo decirle a Dios nuestras palabras, es también el momento para escucharlo a Él, y es aquí dónde también oramos para que nos hable al abrir su bendita Palabra (Sal. 119: 18)
2°| Medita en las Escrituras.
Para meditar en las Escrituras como cristianos, debería ya haber ocurrido algo antes: Tener un entendimiento (lo esencial al menos) del evangelio de Jesucristo. Es al oír y creer en el evangelio que somos convertidos en nuevas criaturas, es al creer en Cristo que tenemos vida nueva ¡Por eso a muchos de nosotros se nos dice evangélicos y cristianos! pero, muchos de nosotros tristemente creemos que el evangelio y Cristo sólo están en algunas partes del Nuevo Testamento y que saber eso solo sirve para cuando nos convertimos. Sin embargo, la Escritura nos dice algo completamente diferente, ella nos dice que el evangelio es algo que había sido vislumbrado y prometido desde el principio en el Antiguo Testamento (Ro. 1: 1 – 2; 3: 21 – 22) y que todos los libros de la Ley, de Sabiduría y de los Profetas hablan de Cristo (Lc. 24: 27, 44 – 47) ¡No podemos perder de vista jamás cómo leemos las Escrituras!
Ahora, el punto no es que vamos a tomar cualquier parte aleatoria de la Biblia para encontrar a Cristo en eventos y cosas que no tienen sentido, o hacer conexiones impropias de textos con el evangelio, sino que procuraremos hacerlo de la forma más legítima posible a la luz de la misma Escritura, para ello, debemos llevar a cabo una serie de pasos al acercarnos a un texto de la Biblia.
- Escoge un libro: Hay libros devocionales que nos dan versículos bíblicos de diferentes libros y la interpretación y/o reflexión de un autor o comentarista bíblico. Eso no es necesariamente malo, es un recurso que seguramente Dios ha provisto para edificar nuestras vidas, pero deberíamos ver estos libros devocionales como especie de esas rueditas auxiliares que usamos para manejar la bicicleta por primera vez, verlos como un medio, no como el fin mismo. Nuestra meta es poder leer atentamente la Escritura inspirada por Dios, la directa revelación de Dios a nuestras vidas para crecer en nuestra comprensión y experiencia de la salvación en Cristo (1° P. 2:2) Por esto, te recomiendo lo siguiente:
- Si eres un recién convertido, te animo a empezar a leer el evangelio de Juan. Este libro tiene en su diseño el propósito de que creas en Jesús como el Mesías prometido, Dios encarnado, quien es el dador de vida eterna (Jn. 20: 31) Luego puedes leer la 1° carta de Juan, que viene siendo una continuación a su mensaje para aquellos que ya creen en el Nombre del Hijo de Dios(1° Jn. 5: 13) para conocer y experimentar mayormente el gozo de ser un hijo de Dios.
- Si no eres un recién convertido, pero no has leído la Biblia completamente, leela entonces de principio a fin, de forma secuencial, desde Génesis hasta Apocalipsis, esto te dará todo un panorama de la Escritura y podrás ubicarte fácilmente al releer la Biblia en qué momento de la revelación progresiva de Dios te encuentras.
- Si ya has leído toda la Biblia, escoge un libro de la Escritura que sea intencionalmente dirigido a alguna necesidad que identificas en tu madurez en Cristo, por ejemplo, cuándo yo terminé de hacer todo lo que dije arriba, quise profundizar mucho más en mí comprensión del evangelio como lo transmitían directamente los apóstoles, entonces, escogí Efesios, Colosenses, y Gálatas para estudiar este tema a profundidad. Fue de mucho provecho para mi vida. Esto es solamente una sugerencia, porque si quieres (y espero que quieras) al terminar tu lectura consecutiva de la Biblia en Apocalipsis, ¡es excelente volver a leerla consecutivamente desde Génesis hasta Apocalipsis! te aseguro que verás muchas cosas que nunca te diste cuenta la primera vez. Mientras vivamos, nuestra vocación es leer la Biblia tantas veces como Dios nos lo permita.
- Escoge una sección completa del libro: Cuándo hablo de esta manera, me refiero a que cuándo leas algún libro de la Biblia no te conformes con leer 5 versículos, o que pienses que debes leer un capítulo o dos. La Biblia para nosotros hoy está separada en capítulos, versículos y subtítulos ¡cosas que no estaban allí anteriormente para la nación de Israel ni para los primeros cristianos! Esto quiere decir que cada libro de la Biblia fue entregado a nosotros para ser leída como un libro normal, y lo ideal es que cuándo escojas un pasaje para tu devocional te asegures de que el pasaje no es una idea suelta, un discurso sin terminar o un relato sin concluir.
Por ejemplo, el libro de Rut está diseñado de una manera particular, cada capítulo nos cuenta un evento que podemos leer con facilidad, es decir, podríamos leer el libro de Rut en 4 días. Sucede la misma dinámica con el libro de Salmos, cada salmo se puede leer por capítulo y listo. Pero, pensemos en un relato de Juan como el del capítulo 9, si analizas el relato de la sanidad de un hombre ciego de nacimiento, este no termina al finalizar el capítulo 9 sino que termina realmente en el capítulo 10, verso 21.
Esto no es una camisa de fuerza que se debe hacer así, porque puede que la lectura te haya llevado a meditar en los primeros 10 versículos de una forma profunda y luego continuas al día siguiente, pero sugeriría que para captar de forma completa el mensaje del libro pudieras hacerlo al escoger ideas o relatos completos para sustraer del texto toda la riqueza posible en él.
- Identifica los puntos claves del pasaje: La Biblia posee diferentes tipos de literatura, en ellas hay poesía, discursos, narrativa, y para cada uno de estas categorías hay herramientas útiles que nos pueden ayudar a extraer verdades del texto que no alcanzaría a escribir en este artículo. Sin embargo, puedes considerar lo siguiente al leer cada pasaje que te pueden ayudar a tener una comprensión del texto mucho más profunda que solo leer por leer:
- Identifica personajes claves, incluso ten en cuenta el nombre de ellos, esto puede llegar a ser un elemento muy enriquecedor al leer el texto.
- Las ciudades y territorios que se mencionan pueden ayudarnos a contextualizar mucho más lo que el autor escribe, incluyendo la fecha o el tiempo de la cuál se nos habla en el momento.
- Identifica palabras claves, es decir, palabras que ves que intencionalmente se repiten, verbos imperativos que demandan una respuesta del lector o su audiencia, de hecho, hay frases que se repiten en el texto que pueden ser muy interesantes.
- Si lees una narrativa, como la de Jesús con la mujer samaritana (Jn. 4) analiza con detenimiento las preguntas y respuestas de los personajes.
- Ten en cuenta los conectores que se utilizan, por ejemplo, por lo tanto, pero, sin embargo, etc. Esto es muy importante para no mutilar una idea que el autor bíblico está desarrollando. Por ejemplo, en su segunda carta, Juan le dice a los discípulos que se mantengan cumpliendo el mandato de Cristo (vs 5 -6) pero la razón por la que lo dice está desde el verso 7 al 11 ¡Esto es importante! porque captamos la idea que quiere transmitir Juan en realidad.
- Realiza preguntas para reflexionar del texto
Una vez identificado los puntos claves, podemos hacernos preguntas de reflexión sobre el texto para luego buscar su respuesta, por ejemplo:
- Cuándo veas un nombre en el texto pregúntate ¿Qué significa el nombre de este personaje, de esta ubicación geográfica o de esta ciudad?
- Si no entiendes una palabra, no la dejes pasar, pregúntate ¿Qué significa esta palabra?
- ¿Qué quiere decir esta frase? algunas frases tienen sentido para el judío o para el griego de aquella época, es necesario que nosotros también lo entendamos en nuestro propio lenguaje hoy para comprender lo que el autor quiso decir. En este caso es bueno también contar con varias versiones de la Biblia para ayudarnos.
- Cuándo veas algo totalmente ilógico que esté en el pasaje, o algo que pareciera salir de repente, como por ejemplo, que Lucas haya relatado la somnolencia de Eutico en medio de un discurso de Pablo (Hch. 20: 7 – 12) pregúntate ¿Por qué Lucas colocó este relato en su libro?
- Contexto del libro.
Recordemos que cada libro fue escrito con un propósito, una vez respondidas las preguntas de reflexión, es necesario recordar el propósito del libro para no extraviarnos del mensaje o intención que tenía su autor original. En esta etapa es bueno que revises tu lectura con las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es el propósito del libro? ¿Lo has visto al leer el libro? Por ejemplo, cuando lees el libro de Proverbios, Salomón lo deja muy claro (Prov. 1: 1 – 7) y Judas también lo dice en su carta (Jud. 3)
- ¿A quién le está hablando el autor? Esto es pensar en la audiencia original a quien iba dirigido el libro. Por ejemplo, cuándo lees el libro de Romanos capítulo 1 del verso 5 al 7, puedes, como creyente gentil, sentir una sensación de familiaridad con la audiencia del libro y saber que aquello que leerás será muy fácil de asimilar en tu condición actual.
Esta parte es muy importante, porque nos ayudará a no desviarnos del propósito del autor y muchas preguntas que nos hicimos de reflexión se canalizan con el propósito del autor. Mucha gente se pierde, por ejemplo, en los detalles misteriosos del libro del Apocalipsis, perdiendo de vista por completo el propósito de Juan al escribirlo, es una ¡Revelación de Jesucristo! (Ap. 1: 1)
- Conectando con Cristo y el evangelio.
Recordando que el corazón de la Escritura se encuentra en Cristo mismo y su evangelio, para esta etapa de nuestra lectura es necesario hacernos preguntas de reflexión teológica como estás:
En caso del Nuevo Testamento
- ¿Cómo este texto me presenta a Cristo?
- ¿Qué aspecto del evangelio se puede ver en el texto?
- ¿Cómo la identidad que tengo en Cristo me capacita para obedecer?
- ¿Cómo la completa victoria de Cristo me anima a obedecer a este texto?
Por ejemplo, cuándo leemos un pasaje como Tito 3, dónde se nos dice que debemos ser sujetos a los gobernantes, preparados a toda buena obra, no injuriar a nadie, evitar ser contenciosos, ser amables y considerar a todos (Vs. 1 – 2) Podemos llegar a pensar que esto es demasiado difícil de cumplir para nosotros o podemos intentar obedecer estas cosas con un propósito egoísta que no tiene a Dios en consideración, para querer ser reconocidos como los más correctos, o para obtener un favor a cambio. Aquí es dónde podemos hacernos esta pregunta:
- ¿Cómo la identidad que tengo en Cristo me capacita para obedecer?
R: Versículos más adelante nos dicen por qué podemos obedecer y para qué lo hacemos (Vs. 3 – 8) Antes no podíamos, porque estábamos dominados por el pecado (vs 3) pero, ahora podemos, porque hemos sido salvados, justificados, regenerados y renovados por la gracia y el Espíritu Santo al estar en Cristo Jesús (Vs 4 -7) y lo hacemos para que nos dediquemos a buenas obras que son beneficiosas para todos (vs. 8) Con ello glorificamos a Dios y Su evangelio, algo que la carta nos enseña en todo su contexto (Ti. 2: 5b, 10; 3: 14)
En caso del Antiguo Testamento:
- ¿Cómo este texto me apunta a Cristo?
- ¿Cómo anticipa el texto la redención que obtendremos en Cristo?
- ¿Cómo este personaje se asimila con Cristo?
- ¿Cómo se describe este evento en el Nuevo Testamento?
- ¿Cómo este nombre o título se le atribuye a Cristo en el Nuevo Testamento?
- ¿Cómo esta profecía se cumple con Cristo?
- ¿Cómo este tema se desarrolla en el Nuevo Testamento?
Por ejemplo, al leer Génesis encontramos que Dios creó a Adán para vivir una comunión perfecta con Dios en dónde Adán era especie de un mediador entre Dios y su creación, ya que Dios comunicaba a él sus instrucciones para con su creación (Gn. 2: 15), y Adán llevaría a cabo dichas instrucciones (Gn. 2: 19) El rol del hombre era ser la imagen de Dios en el mundo y gobernarlo representandolo a Él (Gn. 1: 26 – 27) Sin embargo, vemos que Adán falla en su tarea en Génesis 3 y, como líder representante de la creación ante Dios, su culpabilidad trajo a toda la creación corrupción por el pecado (Gn. 3:17). Aquí es dónde aplicamos algunas de estas preguntas y buscamos responderlas a la luz de toda la Escritura:
- ¿Cómo este texto me apunta a Cristo?
R: Jesús es presentado en el Nuevo Testamento como la imagen visible de Dios mismo (Col. 1: 15)
- ¿Cómo este personaje se asimila con Cristo?
R: Romanos nos hace un paralelo increíble entre Adán y Cristo (Ro. 5: 17 – 19)
- ¿Cómo este nombre o título se le atribuye a Cristo en el Nuevo Testamento?
R: El Nuevo Testamento se refiere a Cristo como El postrer Adán (1° Co. 15: 45)
Entonces, puedo concluir con mi lectura de Génesis, que dónde Adán falló en representar la imagen de Dios y dónde su desobediencia trajo muerte y maldición a toda la creación, ¡Cristo venció! Él era la imagen visible encarnada de Dios, Su representación exacta a toda la creación, su obediencia perfecta trajo vida eterna y redención al mundo, Él es el postrer Adán, mucho mejor y superior al primer Adán.
Nota: Te recomiendo que tu lente interpretativo del Antiguo Testamento sea siempre lo que está escrito en el Nuevo Testamento, es decir, cómo los apóstoles y los discípulos de Cristo interpretaron el Antiguo Testamento a la luz de Cristo (Ejemplo: Salmos 8: 5 – 8 comparar con Hebreos 2: 6 -10) de esta manera te guardarás de hacer conexiones imprecisas y con falta de aprobación bíblica.
- Herramientas externas
Luego de haber hecho este proceso por nuestra cuenta, y haber llegado a una interpretación con la ayuda de Dios y de estos pasos, podemos contar con recursos externos que nos puedan ayudar a validar si lo que comprendimos del texto realmente significa lo que entendimos. Muchos de estos recursos los encuentras gratuitos en internet, lo importante es que podamos usar lo que Dios permita que tengamos a nuestro alcance. Algunos de estos recursos son:
- Buenos diccionarios de lengua castellana.
- Diccionarios bíblicos.
- Concordancias bíblicas.
- Textos cruzados.
- Comentarios bíblicos (Como el de Matthew Henry, La Biblia la Reforma, etc.)
- Aplicación del texto.
Como te das cuenta, luego de haber hecho este recorrido para entender correctamente el texto es que vamos a considerar cómo aplicarlo, pues, si no lo entendemos correctamente, aplicaremos mal la Palabra de Dios a nuestras vidas, y por ende, caeremos en desobediencia muchas veces sin quererlo. Tampoco nuestra tarea es volvernos unos eruditos de la Escritura sin nada de aplicación a nuestras vidas, esto nos convertiría en personas hipócritas que conocen la verdad pero no la viven. Aquí es dónde vale la pena considerar las siguientes preguntas:
- ¿He identificado alguna desobediencia en mi vida?
- ¿He identificado algo que debo obedecer?
- ¿He identificado algo que debo dejar de hacer?
- ¿Hay algo por lo que debo pedirle perdón a Dios?
- ¿Hay algo por lo que debo orar al Señor?
- ¿Hay algo por lo que debo ser agradecido?
- ¿Qué acciones voy a tomar según lo que he entendido?
Por ejemplo, con el ejercicio que hicimos en Tito 3 puede que al hacerte algunas de estas preguntas encuentres que no has sido obediente a someterte a tus autoridades o que lo has estado haciendo con una mala motivación, o también al hacer el ejercicio en Génesis, puedas que tu corazón rebose de gratitud con el Señor porque hubo un Adán que nos representó en el huerto y trajo terribles consecuencias a nuestras vidas, pero hubo un Poster Adán que nos representó maravillosamente en la cruz y nos ha dado salvación y vida eterna.
3°| Ora
Una vez habiendo concluido este tiempo de meditación en la Palabra, no hay nada mejor que responder a Dios en oración. Oremos a Dios por:
- Que nos ayude a poner en práctica Su Palabra (Sal. 119: 5 – 6)
- Que nos ayude a confiar en sus promesas (Sal. 119: 41 – 44)
- Que nos ayude a crecer en santidad (Sal. 119: 10 – 11)
- Que nos ayude a amar más a Cristo (Ef. 3: 14 -19)
Algunas personas suelen también responder en alabanzas, en todo caso, no te quedes sin responder a Dios a lo que te ha hablado por medio de Su Palabra (Sal. 119: 169 – 176) ¡Recuerda que nada que glorifique a Dios puedes hacer sin depender de Cristo! (Jn.15:5)
Una última cosa.
No te frustres si ves que es para ti mucha cosa, esto es algo que se va haciendo a nuestro propio ritmo y no hay un tiempo definido para hacerlo. Con el tiempo vas adquiriendo práctica y con ello, mayor deseo por conocer a Dios y frutos de obediencia que glorifican su Nombre.
Para poder profundizar mucho mejor en estos tiempos con Dios en oración y meditación de Su Palabra, te recomiendo leer libros que puedan ayudarte en tu comprensión del evangelio y de todo el panorama Bíblico, estos son algunos de ellos:
- El evangelio de Cristo Jesús por Paul Washer.
- La vida centrada en el evangelio por Robert H. Thune & Will Walker.
- Teología bíblica por Nick Roark & Robert Cline.
- El manual bíblico por Jhon Mc. Arthur.
También puedes tomar nuestro curso gratuito de Teología y Biblia para que puedas tener una comprensión mucho mayor de toda la Biblia y puedas aprender a leerla mejor.