¡MIRA EN LA CRUZ!

¡Mira en la cruz!

Así dice un hermoso himno que cantamos en nuestra iglesia local:

Mira en la cruz la gracia y el perdón,

 donde el Hijo fue inmolado;

Mira también, vencido a sus pies,

 al maligno aplastado.[1]

He encontrado que hay cristianos que no quieren hablar ni ver una cruz cerca, porque para ellos esto significa algo negativo, el lugar donde murió Cristo, un símbolo atroz de tortura antigua y algo que recuerda a la adoración a los crucifijos que se hace en muchas religiones.

Es verdad que la cruz en sí misma no es más que un objeto sombrío que nos recuerda la crueldad humana, pero, a donde este himno nos invita a mirar, es lo que sucedió en aquella cruz del Calvario. Por eso dice Mira en la cruz… es decir, mira en ella y no cualquier cruz, sino la cruz donde el Hijo fue inmolado.

Jamás agotaremos la riqueza de lo que ocurrió en aquella cruz de nuestro Salvador. Allí, el plan de redención anunciado en Génesis 3:15 llegaba a su clímax. Allí, el misterio que Dios había anunciado por generaciones estaba siendo revelado. Todos los atributos de Dios eran desplegados, en la cruz, la ira, justicia, santidad, rectitud, y el juicio de Dios aplastaban al pecador, quien era sustituido por Su Hijo amado. En la cruz, la gracia, el amor inagotable, perdón y la gracia se derramaban hacia pecadores culpables por medio de la justicia perfecta del Hijo amado. Allí, nuestra deuda infinita por el pecado, por fin, fue consumada, y allí, en aquella cruz del Hijo de Dios, aunque el enemigo hería el talón de la simiente, también era aplastado y despojado públicamente (Colosenses 2:15).

La cruz era vital en la predicación apostólica del evangelio. ¡No hay salvación sin la palabra de la cruz! (1 Corintios 1:18) Pablo no tenía otro mensaje que compartir, sino la riqueza, profundidad y el poder de Cristo y este crucificado (1 Corintios 2:1-2). De hecho, si le hubieses podido preguntar a Pablo en qué cosa o logro se gloriaba más, te respondería como él dijo a los Gálatas: “… Jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo”. (Gálatas 6:14, NBLA)

Y no solo los apóstoles tenían en tanta estima lo que había ocurrido en aquella cruz, sino que a lo largo de la historia de la iglesia universal, vemos que muchos de nuestros hermanos comprendieron cuán insondable era lo que Cristo hizo en la cruz por nosotros. Mira lo que estos hombres piadosos meditaban al contemplar la cruz de Cristo:

Sirvamos a nuestro Señor con fidelidad. Obedezcámosle lealmente como nuestro rey. Estudiemos su enseñanza como nuestro profeta. Vayamos diligentemente en pos de él como nuestro ejemplo. Esperémosle ansiosamente como redentor de nuestro cuerpo y también de nuestra alma. Pero por encima de todo, démosle el valor que tiene como nuestro sacrificio y descansemos por completo en su muerte como expiación por el pecado. Que su sangre sea más preciosa a nuestros ojos cada año que vivimos. Más que de cualquier otra cosa que podamos gloriarnos con respecto a Cristo, gloriémonos sobre todo en su cruz. (J.C. Ryle)[2]

La cruz es como la luz de la mañana, que pone fin a la larga y lúgubre oscuridad que cubría a las naciones. (Charles Spurgeon)[3]

Vine cargado con la culpa mía, de lejos, sin alivio a mi dolor; mas en este lugar, ¡oh, qué alegría! Mi solaz y mi dicha comenzó. Aquí cayó mi carga y su atadura.  En este sitio, rota, yo sentí.  ¡Bendita cruz! ¡Bendita sepultura! ¡Y más bendito quien murió por mí! (John Bunyan)[4]

No hay una palabra en la Biblia que pueda ser entendida sin referirse a la cruz. (Martín Lutero)[5]

¡Mira en la cruz!, medita en lo que ocurrió allí. Mira allí a Dios predicando el escándalo de tu pecado y su exuberante gracia derramada a todo el que cree en la obra de Jesús. No hay otro mejor refugio cuando el pecado nos quiere condenar, mejor escondite cuando Satanás nos quiere acusar, ni otro mejor manantial de humildad cuando el orgullo nos quiere engañar, que mirar en la cruz al Hijo de Dios siendo quebrantado para darnos perdón, redención y salvación.

Al mirar la cruz, somos eterna y profundamente transformados. Cuando el joven Charles Spurgeon aún no entendía la profundidad del evangelio, y vivía atormentado por el peso de su condenación, fue exhortado con vehemencia por un predicador a mirar la cruz, y eso fue lo que le salvó. Relatando aquel día, Spurgeon recuerda las fuertes palabras que le dijo aquel predicador:

Mírame a Mí, estoy sudando grandes gotas de sangre. Mírame, estoy colgado en la cruz. Mírame, estoy muerto y sepultado. Yo: me levanto de nuevo. Mírame a mí, yo asciendo al cielo. Mírame a mí, estoy sentado a la diestra del padre. ¡Oh, pobre pecador, mírame! ¡Mírame![6]

Por eso, te invito a que en esta semana medites en Cristo y en este crucificado por amor a ti. Para finalizar, espero que la letra de la siguiente y hermosa canción mueva tu corazón hacia un amor más profundo por Cristo, como lo hace con el mío cada vez que repaso estas palabras en mi mente:

Ven contempla, pecador

En la cruz está el Señor

Con espinas, coronado está

Colgado le cuesta respirar

Ven contempla, pecador

Lo que por salvarnos hizo Dios.

Ven de luto, pecador

Tu pecado Él tomó

¿Puedes ver el precio que pagó?

La ira de Dios por ti sufrió

Ven de luto, pecador

Pues Jesús tu maldición cargó.

Ven con gozo, pecador

Gracia brota en Su dolor

Por sus enemigos Él murió

Trayendo al contrito, paz con Dios

Ven con gozo, pecador

Con su muerte la muerte venció.

Oh la gloria de esta gran Pasión

Sangra el Salvador

Oh la fuerza del amor de Dios

Dale adoración.[7]


[1] Una adaptación en español del himno “O Church Arise” de Keith Getty y Stuart Townend.

[2] Elliot Ritzema et al., eds., 300 citas para predicadores, trans. Juan Terranova y Reynaldo Gastón Medina, Serie Pastorum (Bellingham, WA: Lexham Press, 2013).

[3] Tomado de http://www.spurgeon.com.mx/sermon1442.html

[4] En su magistral obra: El progreso del peregrino.

[5] Tomado de https://frasecristiana.com/martin-lutero/

[6] Para mayor información de la conversión de Spurgeon, puedes revisar este artículo de nuestros hermanos de BITE: https://biteproject.com/conversion-charles-spurgeon/

[7] Traducción oficial de “Come O Sinner”. Traducida por el equipo de traducción a español de Sovereign Grace Music. Puedes escucharla dando clic a este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=mOHhOakp3bs

Visita el Blog https://blogcristoesfiel.wordpress.com/

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