¿Qué haces cuándo sabes que debes orar, pero no tienes palabras para hacerlo?, ¿se ha convertido la oración en algo monótono en tu vida?, ¿has experimentado algunas veces una sensación de insatisfacción con la calidad de tus oraciones?.
Estas preguntas reflejan la realidad que viven muchos cristianos hoy día, y gracias a Dios hay muchos buenos recursos y medios de gracia que pueden ayudarnos a vencer estos obstáculos para llevar una vida de oración constante. Algunos de ellos son buenos libros de teología, la consejería bíblica, la rendición de cuentas con hermanos maduros, reuniones intencionales de oración con hermanos en la fe, etc. Sin embargo, a través de este corto blog, quiero poner a disposición de todos nuestros hermanos en Cristo algo que para algunos tal vez es desconocido, y es el maravilloso recurso de aprender a orar con la Biblia.
¿Orar con la Biblia?
Así cómo lo lees y cómo se pronuncia. Orar con la Biblia es un recurso tan especial y al mismo tiempo tan asequible, que amerita que lo tengamos en consideración para poder experimentar la vida en abundancia que Cristo nos ha prometido en nuestra relación con Dios. Pero, ¿cómo se hace?; El pastor John Piper lo explicó una vez de la siguiente forma:
Abre la Biblia, empieza a leerla, haz una pausa en cada versículo y conviértelo en una oración. [1]
No es nada de otro mundo, pero es algo muy importante y vital para nuestro crecimiento espiritual. Ponerlo en práctica, evitará que caigamos en vanas repeticiones, en un lenguaje no bíblico al orar, y en la ignorancia de la voluntad y las promesas de Dios para nuestras vidas.
Una forma muy práctica de empezar, es leyendo las oraciones que aparecen en la Biblia hechas por personas temerosas de Dios. Es maravilloso leer las oraciones del apóstol Pablo, como cuando dice:
Mi oración es que los ojos de su corazón les sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder. Efesios 1:18–19 (NBLA).
Haré una aplicación rápida para ilustrar cómo esto me ayuda a orar: Supongamos que quiero orar por mis hermanos de la iglesia local para un mayor crecimiento espiritual, este texto me muestra varias cosas que podría utilizar para orar específicamente por ello, oraría por:
- Que sus corazones sean iluminados para que sepan cuál es la esperanza del llamado que Dios les ha dado.
- Que puedan conocer las riquezas gloriosas de la herencia que hemos recibido como parte de su pueblo santo.
- Que puedan conocer el extraordinario poder de Dios que está a favor de nosotros los creyentes.
Ya habiendo identificado las cosas por las cuales orar, mi oración sencillamente podría ser algo cómo:
“Dios, te doy gracias por mis hermanos en Cristo que pertenecen a la misma iglesia local donde me encuentro, quiero rogar para que nos ayudes a todos a crecer en madurez espiritual y en gracia, y por eso te pido que ilumines nuestros corazones para que podamos conocer la grandiosa esperanza a la que nos has llamado en Cristo, y profundizar en las riquezas en gloria que hemos heredado por la mediación de Jesús a favor de tu pueblo Santo; permítenos crecer en confianza y seguridad en tí por medio de tu extraordinario poder, que obra a favor de nosotros; Amén”.
Estoy seguro, que de este texto puedes hacer una mejor oración de la que hice yo con este breve ejemplo. La idea es que puedas hacer con esta herramienta oraciones por ti mismo, por algún amigo que necesita conocer a Cristo, algún hermano en la fe, o por toda la iglesia en general.
Un libro maravilloso que te puede ayudar en esta tarea, es el libro de los Salmos. Este es un libro de oraciones cantadas, no solo disponibles para desarrollar nueva música para la iglesia, sino para darnos a conocer a Dios en una relación profunda, y otorgarnos palabras que articulan exactamente lo que nuestras almas tanto necesitan durante todos las temporadas de nuestras vidas. Podrías comenzar con salmos sencillos como los Salmos 1 y 23.
Consideraciones
Ten en cuenta las siguientes cosas para que no te compliques con esta herramienta:
- No tienes que hacer una hermenéutica profunda de lo que quiere decir el pasaje de la Biblia que escogiste para hacer este ejercicio. Tan solo léelo de forma natural y aplícalo a tu oración, si no entiendes una palabra en particular, sencillamente salta a la siguiente línea o idea del texto, pero no dejes de orar.
- Toda la Biblia puede ser usada para este fin, todos los géneros literarios nos dan esta facilidad, sin embargo, empieza por donde te mencioné arriba, oraciones y Salmos.
- Puedes aprender también sobre esto a través de hombres de Dios, que a lo largo de la historia de la iglesia han puesto ésta verdad en práctica en sus oraciones. El libro El Valle de la Visión es un buen recurso para comenzar. Puedes buscar una reseña más profunda de este libro con nuestros hermanos de coalición por el evangelio.
- No te desanimes si a la primera o a la segunda te fue un poco difícil, con la práctica de seguro verás el progreso en tus oraciones.
Hay muchas cosas más por decir, pero creo que nada se compara a la experiencia de ponerlo en práctica. Cada vez que yo pongo en práctica esta herramienta, evito que mi mente divague y que trate de rebuscar palabras e ideas extrañas en mis oraciones. Ponlo en práctica con los salmos que sugerimos para comenzar, si no lo has hecho nunca, (El salmo 1 o el 23) y coméntanos cómo te va con ello.
[1] Tomado de: https://www.desiringgod.org/interviews/should-i-use-the-bible-when-i-pray