EL MEJOR REGALO ES EL QUE SOLEMOS OLVIDAR

El mejor regalo es el que solemos olvidar

A principios de diciembre, empecé a reflexionar sobre los regalos que me gustaría recibir y sobre lo que debería regalar. Surgió entonces una ansiedad relacionada con la fiebre de las compras, los presupuestos y el caos general en los centros comerciales y diversas tiendas. Una mañana, me percaté de algo que me confrontó: había perdido de vista la verdadera importancia de la Navidad. Mis deseos egoístas habían eclipsado la maravillosa verdad de por qué celebramos esta época del año.

El Diccionario de la Real Academia Española entrega para Eclipsar la siguiente definición: Ensombrecer o deslucir. Algunos sinónimos incluyen empalidecer, desmerecer, empañar, oscurecer, borrar y declinar.

Fue impactante darme cuenta de que estaba aplicando estos términos a una temporada en la que la razón principal de nuestra celebración es la llegada de nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué terrible pensar que estaba oscureciendo, desvaneciendo y empañando la gloriosa verdad de Su encarnación!

Es posible que durante estas fiestas de fin de año también estés haciendo lo mismo. Pero ¿por qué es importante la encarnación?, ¿qué significa para nosotros?

Razones por las que la encarnación de Cristo es importante:

  • Revela la naturaleza de Dios: La encarnación ofrece una representación tangible del Señor, permitiéndole a las personas entender mejor su carácter y atributos. (Juan 1:14)
  • Ofrece redención y expiación: A través de la encarnación, Cristo se convierte en el sacrificio perfecto por los pecados de la humanidad, brindando un camino hacia la redención y expiación. (Hebreos 2:17)
  • Cristo se identifica con la humanidad: Al tomar forma humana, Jesús se identifica plenamente con la experiencia humana, compartiendo nuestras alegrías, tristezas y luchas. (Hebreos 4:15)
  • Jesús es un puente entre Dios y la humanidad: La encarnación sirve de puente, reconciliando el ámbito divino con el humano y fomenta una relación entre Dios y su creación. (2 Cor. 5:18-19)
  • Es un ejemplo de humildad: La disposición que tuvo Jesús de humillarse y convertirse en hombre ejemplifica una profunda humildad, enseñándole a los creyentes la importancia de la humildad en sus propias vidas. (Fil. 2:3-8)
  • Presenta la victoria sobre el pecado y la muerte: Cristo conquistó la muerte y el pecado, ofreciendo a los creyentes la esperanza de la vida eterna y libertad de la esclavitud al pecado. (Hebreos 2:14)
  • Demuestra el amor de Dios: El acto de convertirse en humano resalta el profundo amor de Dios hacia la humanidad, demostrado a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. (Juan 3:16-17)
  • Restaura la imagen de Dios en la humanidad: La encarnación establece las bases para la restauración de la imago Dei (imagen de Dios) en la humanidad, renovando nuestra semejanza con Dios mediante el poder transformador de Cristo. (Col. 3:9-10)
  • Brinda guía y enseñanza: La vida de Jesús en la Tierra presenta un modelo de vida piadosa, ofreciendo guía y enseñanzas que siguen siendo relevantes para enfrentar las complejidades de la vida. (Mateo 5:1-2, 7-8)
  • Empoderamiento a través del Espíritu Santo: Tras la resurrección, el Espíritu Santo fue dado para empoderar a los creyentes, permitiéndoles vivir según la voluntad de Dios. (Hechos 1:8)

Nunca agotaremos la belleza de la encarnación de Dios. Aunque tengamos toda la eternidad, aún quedaremos cortos para comprender esta obra majestuosa. En estas festividades, los invito a reflexionar sobre el verdadero motivo de nuestra celebración: Dios encarnado vino a salvar a los pecadores en la forma de Cristo Jesús, nuestro regalo más grande hoy y siempre.

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