Imagina la última película que viste. Al finalizar, ¿te quedaste a ver los créditos? Detrás de cada producción cinematográfica hay un equipo que da vida a la historia. En cada producción cinematográfica hay un ejército de personas que desempeñan innumerables roles, actividades, dones y talentos para dar vida a la hora y media de entretenimiento que acabas de disfrutar.
Aunque muchas de estas personas no las vemos en pantalla, tienen un papel fundamental en la producción. Sin sus contribuciones, la película no existiría. ¿Te imaginas que el sonidista estuviera ausente? Tendríamos una película muda, pero peor aún, ¿te imaginas lo que sería si no estuviera el director? La película sería dispersa, sin sentido y sería toda una pérdida de tiempo.
En muchos sentidos, nuestras vidas se asemejan a las películas: tienen un inicio, un desarrollo y un final. El problema es que ignoramos quién está detrás de los bastidores.
A veces sentimos una profunda tristeza porque vemos que nuestras vidas no tienen un norte definido y deambulamos por cada escena sin un rumbo determinado. Estamos convencidos de que el director de nuestra película sencillamente no está, o peor aún, queremos ser el que dirige cada parte de la producción. No entendemos claramente nuestras dificultades y caemos en depresiones, y la esperanza se escurre en nuestro corazón para dejarlo seco y pequeño.
Hago una pregunta para tu consideración: cuando ves una película, ¿has visto al director en pantalla? El director nunca figura en escena, ¿cierto? Aunque no lo vemos, está dirigiendo cada acción y momento de la producción.
En ese sentido, es importante recordar que Dios no solo es el Creador del universo, sino que, además, es Señor sobre toda la creación. Es Soberano. Podríamos decir que es el Director Todopoderoso de la historia, al que no se le escapa un detalle de lo que ocurre a través del tiempo, y esto, mis amados, incluye cada aspecto de la puesta en escena de tu vida. Aunque no lo puedas ver, Dios está detrás de bastidores dirigiendo cada área y prometió cumplir su maravilloso plan.
Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan. Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan. Efesios 1:9-11
Si estás unido a Cristo, puedes descansar sabiendo que el Señor está obrando en tu vida, aunque no lo veas ni lo sientas. Dios prometió cuidar de ti y tienes una maravillosa herencia.
Mira la belleza de la predicación de Pablo en Atenas:
Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad. De un solo hombre creó todas las naciones de toda la tierra. De antemano decidió cuándo se levantarían y cuándo caerían, y determinó los límites de cada una. Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque Él no está lejos de ninguno de nosotros. Pues en Él vivimos, nos movemos y existimos. Hechos 17: 24-28a
Además, el Señor nos llama a estar en sintonía con Él y nos ha provisto de indispensables medios de gracia para tal efecto. Sumérgete en Su Palabra: dedica tiempo a leer y estudiar la Biblia. Es a través de las Escrituras que podemos conocer a Dios más profundamente y entender Su voluntad para nuestras vidas. Ora con regularidad: la oración es nuestra línea directa con el Creador. Habla con Dios con humildad y sinceridad, presentándole tus preocupaciones y agradecimientos. Participa en la comunidad: la iglesia local es fundamental para nuestro crecimiento espiritual. Asiste, involúcrate y apóyate en tus hermanos y hermanas en la fe. (Hebreos 10:24-25).
Todos somos parte del gran plan de Dios y nuestra necesidad radica en estar en sintonía con el Director. Si eres hijo de Dios, puedes descansar en Sus promesas infalibles de que Él está obrando todo para tu bien (Rom. 8:28). Entender que el Señor está detrás de bastidores, orquestando cada detalle de nuestras vidas, debe ser un aliento maravilloso de esperanza que respiramos. Él nunca ha dejado de tener el control.